Robledo es como un oasis en medio de las altas cumbres de las Villuercas. Aunque disfruta de un terreno apacible, casi llano, está rodeado de montañas que rondan los mil metros.
La geología es caprichosa y original; aquí se rompen las líneas de sierras que parten del macizo, los cursos fluviales giran bruscamente su dirección haciendo curvas para salir de los cerrados desfiladeros, el corte en uve del resto de valles aquí cambia a una agradable penillanura.