Este edificio nos va a llamar la atención desde el primer vistazo. Apenas si has llegado y ya te sorprende su torre de hierro. Varias planchas soldadas forman un moderno campanario que con el tiempo y la oxidación han cogido colores y tonalidades de gran belleza. Sustituye a uno que hubo que derribar por la ruina que amenazaba tras el último terremoto de Lisboa
El metal combina a la perfección con la cuarcita, piedra local, con la que están levantados los muros de la iglesia.
Es pequeña, la forma original era un rectángulo al que el en siglo XVI se le añade un ábside poligonal en uno de sus extremos.